Resumen de El Archivo de Sherlock Holmes

En este artículo podrás descargar el cuarto libro de Arthur C. Doyle sobre su gran detective. Puedes descargarlo en PDF y en ePUB. Además hemos preparado un resumen separado en capítulos. En mucho menos texto que el original, podrás comprender todas las pistas de cada caso, su desenlace y el porqué de todo. También podrás descargar este resumen en formato PDF.


Resumen de La Aventura de la Piedra Preciosa de Mazarino

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Es una tarde de verano cuando Watson acude a casa de su amigo Holmes para visitarle. El joven criado de Holmes, Billy, dice que el detective está dormido. Watson se da cuenta de que Holmes debe estar cansado porque está trabajando en un caso difícil. Billy lo confirma.

Le recuerda a Watson que la Piedra de Mazarino, una de las joyas de la Corona, un diamante amarillo valorado en cien mil libras, fue robado recientemente. El gobierno ha pedido a Holmes que encuentre y devuelva la piedra. Como resultado, el Primer Ministro y el Ministro del Interior han visitado varias veces el apartamento de Baker Street. También Lord Cantlemere que cree que el gobierno ha cometido un error al contratar a Holmes y parece querer que no encuentre el diamante.

Watson se da cuenta de que la ventana ha sido cubierta por una cortina. Billy le muestra a Watson que hay "algo raro" detrás de ella. Sentado en un sillón detrás de la cortina hay un maniquí que es exactamente igual a Sherlock Holmes.

Billy dice que el maniquí es movido rutinariamente un poco para que parezca más real. Cuenta que hay gente que vigila el apartamento de Holmes desde el edificio de enfrente y que el maniquí pretende engañarlos. Watson dice que Holmes ya hizo algo parecido antes. Holmes sale de su dormitorio y le dice a Billy que se aleje de la ventana porque es peligroso.

Holmes le dice a Watson que un hombre llamado Conde Negretto Sylvius planea matarlo. Watson le pregunta por qué no hace arrestar al hombre y responde que es porque aún no sabe dónde está la Piedra de Mazarino. Aunque no sabe dónde se ha escondido el diamante, Holmes sabe que el Conde y su cómplice el boxeador Sam Merton lo robaron.

También sabe que Sylvius ha encargado recientemente la fabricación de una pistola de aire comprimido. Holmes cree que, mientras habla, la pistola de aire comprimido está siendo apuntada a su apartamento desde el edificio de enfrente.

Billy vuelve con la tarjeta de visita de un hombre que espera ver a Holmes. Es la tarjeta del Conde Negretto Sylvius. Holmes le pide a Watson que mire por la ventana para ver si hay gente merodeando por la calle. Watson dice que puede ver a un hombre con pinta de matón.

Holmes se da cuenta de que debe ser el cómplice del Conde, Sam Merton. Holmes escribe una nota, se la da a Watson para que la lleve al inspector Youghal en Scotland Yard. Holmes y Watson entran en el dormitorio de Holmes, que tiene una puerta que da al exterior del edificio.

El Conde aparece en el salón vacío. Se fija en el maniquí de Holmes y lo confunde con el verdadero detective. Se acerca sigilosamente por detrás del sillón y se prepara para golpear al muñeco con su bastón. Justo cuando está a punto de golpearlo, el verdadero Holmes sale de su dormitorio y le dice al Conde que no rompa el maniquí.

Holmes convence al Conde Sylvius para que se siente y hable. El Conde Sylvius acusa airadamente a Sherlock Holmes de enviar espías, un anciano y una anciana, para que le sigan. Holmes dice que no ha enviado a nadie más a seguir al Conde. Tanto el anciano como la anciana eran Holmes disfrazado. Esta revelación hace que el Conde se enfade aún más.

Sherlock le dice al Negretto que sabe que él robó la Piedra de Mazarino. Tiene el testimonio de los taxistas que le llevaron de ida y vuelta al museo donde se guardaba el diamante. Tiene la declaración de un guardia del museo que vio al Conde Sylvius cerca de la vitrina del diamante. El joyero Ikey Sanders también le dijo a Holmes que se negó a cortar la Piedra Mazarin para el Conde. Aunque Holmes no sabe dónde ha escondido el Conde la Piedra Mazarin, hay suficientes pruebas para que Sylvius y Merton sean arrestados.

Sin embargo, a Holmes se le ha encomendado la tarea de encontrar el diamante y no a su ladrón. El conde y el boxeador pueden evitar ir a prisión durante veinte años si entregan el diamante.

Se le pide a Billy que traiga a Sam Merton de la calle. Holmes dice que, para que Negretto y Sam puedan discutir el asunto con libertad, él entrará en su dormitorio y tocará su violín. El conde y Sam están seguros de que Holmes no puede oírlos por encima del sonido de su ruidoso violín.

Merton sugiere matar a Holmes. El Conde dice que eso no serviría de nada porque Holmes ya habrá transmitido a la policía todas las pruebas que reunió. Decide que lo mejor es hacer una confesión falsa a Holmes.

Sam quiere ver el diamante. El Conde Sylvius no quiere entregarle el diamante, pero acepta mostrárselo porque lo lleva encima. Los dos hombres se acercan a la ventana para que el Conde sostenga la Piedra Mazarin a la luz. Cuando lo hace, Holmes arrebata el diamante de la mano del Conde Sylvius. Holmes ha ocupado el lugar del maniquí en el sillón sin que ellos se dieran cuenta. La música de violín que escucharon era un disco de gramófono. Watson regresa con la policía y ambos criminales son arrestados.

Llega Lord Cantlemere. Holmes le pide que se quite el abrigo. El nobre cree que Holmes no ha podido averiguar nada sobre el robo de la Piedra de Mazarino, creencia que Holmes alienta. Para resarcirse por las molestias que le ha causado Cantlemere, Holmes le hace una broma colando el diamante en su bolsillo y luego acusándole. Al final, se alegra de que se haya recuperado el diamante robado.

Resumen de El Problema del Puente de Thor

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Una mañana de octubre, Watson encuentra a Holmes en un estado de ánimo especialmente alegre, algo que sólo puede significar que tiene un nuevo caso. Después de recoger la mesa, Holmes saca una carta de Neil Gibson, un conocido magnate americano de la minería del oro cuya esposa fue asesinada recientemente en su finca de Hampshire.

Las pruebas parecen claras, sin embargo, Gibson está convencido de que la acusada, la señorita Dunbar, es inocente y quiere ir a consultarle a Holmes. Mientras espera, le resume los hechos que ha recabado de los periódicos a Watson.

Gibson tiene un carácter violento. Su esposa de mediana edad fue la víctima y la sospechosa una atractiva institutriz a cargo de sus dos hijos. La señora Gibson murió de un tiro en la cabeza. Su cuerpo fue encontrado en el puente Thor situado a media milla de la casa.

La posible arma del crimen, a la que le faltaba una bala, fue encontrada en la habitación de la Srta. Dunbar. La víctima llevaba una nota firmada por la institutriz en la que se pedía una cita en el puente. Se sabe que a Gibson le atraía la institutriz. No pudo demostrar una coartada y fue vista cerca del puente.

Cuando Holmes termina, llega un visitante inesperado. Un hombre nervioso y de aspecto asustado llamado Marlow Bates, el administrador de la finca de Gibson. Dice que ha venido a advertir a Holmes sobre Gibson a quien describe como un villano que maltrataba a su esposa. Luego huye antes de que su jefe le pille allí.

Neil Gibson llega a la hora prevista y ofrece a Holmes fama y dinero si salva a la Srta. Dunbar. Holmes rechaza ambas cosas y pregunta sin rodeos a Gibson sobre su relación con ella. Al escuchar la acusación se enfurece y amenaza al detective, pero tras salir a dar un paseo regresa más calmado y accede a contar la verdad.

Gibson conoció a su mujer María Pinto cuando buscaba oro en Brasil. Él era joven y ella era una belleza poco común. Sin embargo, cuando el romance pasó, Gibson se dio cuenta de que no tenían nada en común. Su amor se desvaneció pero el de ella no.

Entonces llegó Grace Dunbar y Gibson se sintió atraído por ella. Al saberlo, la señorita Dunbar quiso marcharse inmediatamente, pero él juró que no volvería a molestarla y ella accedió a quedarse. Gibson explica que la señorita Dunbar le ha hecho ser mejor persona.

Sólo se le ocurre una explicación para lo ocurrido. Su esposa estaba celosa de la Srta. Dunbar. Podría haber amenazado a la señorita Dunbar con la pistola y ésta podría haberse disparado en una refriega. Por desgracia, la señorita Dunbar lo niega. Holmes le dice que hablará con la señorita Dunbar.

Holmes y Watson se dirigen a Thor Place, la finca de Gibson en Hampshire. El sargento Coventry, de la policía local, les acompaña y agradece la ayuda de Holmes. Les cuenta que la pistola encontrada pertenecía a Gibson. Había dos iguales, pero la otra no se ha encontrado.

En el puente Thor, el sargento señala el terreno donde se encontró el cuerpo de la señora Gibson. La mujer recibió un disparo a corta distancia en la cabeza. La nota de la institutriz estaba fuertemente agarrada en su mano izquierda.

Holmes comenta que no pudo ser colocada después de la muerte,además, la señorita Dunbar admite haber escrito la nota, que decía "Estaré en Thor Bridge a las nueve - G. Dunbar". A Holmes le parece extraño que la señora Gibson la tuviera en la mano.

Al revisar el puente, Holmes encuentra una rotura en la barandilla que debió ser hecha por un golpe fuerte. Termina de examinar la escena y se dirigen a la casa.

Gibson no está, pero Marlow Bates les muestra la casa y la colección de armas. Holmes admite que las pruebas incriminan a la srta. Dunbar pero que dejar el arma en su habitación no parece propio de una asesina que quiere ocultar sus huellas. Quien la colocó allí debe ser el criminal.

A la mañana siguiente, Holmes y Watson visitan a la señorita Dunbar en su celda acompañados por su abogado. La institutriz promete no ocultar nada.

Dice que la Sra. Gibson la odiaba, y que ahora ve que fue un error quedarse. Aquella mañana, la Srta. Dunbar encontró una nota de la Sra. Gibson donde le pedía que se reunieran en secreto. Se le pidió que destruyera la carta y que escribiera una nota de respuesta. Imaginó que el secretismo se debía al miedo a su marido.

Cuando llegó al puente vio por primera vez la gravedad del odio de la señora Gibson hacia ella. La mujer comenzó a gritarle y a maldecirla, y ella se fue corriendo a su habitación donde estuvo hasta que se dio la alarma sobre la Sra. Gibson. La pistola fue encontrada a la mañana siguiente por la policía. La Srta. Dunbar no la había visto nunca, y está segura de que no estaba allí la mañana anterior.

Holmes le pregunta a la Srta. Dunbar si puede explicar la grieta del puente. Ella cree que es una coincidencia, pero a Holmes le sigue pareciendo importante. Tras un rato pensando, se despiden de la sospechosa apresuradamente. El detective parece haber caído en algo.

De vuelta a Thor Place, Holmes se pasea inquieto en el tren y le pide a Watson su revólver sin dar mayores explicaciones.

Holmes y Watson van a ver al sargento Coventry y consiguen un ovillo de cuerda en la tienda del pueblo. Cuando se acercan al puente, Holmes ata un extremo de la cuerda al revólver y una gran piedra al otro. Deja colgando la piedra a un lado del puente y él se coloca en el otro. Se pone la pistola en la sien y luego la suelta. El peso de la piedra arrastra violentamente la pistola al agua pero en su camino golpea bruscamente la barandilla y deja una nueva marca.

A continuación, le dice al policía que encontrará la pistola junto al revólver de Watson. Como acaba de demostrar, la Sra. Gibson se suicidó, pero quería que su muerte pareciera un asesinato cometido por la señorita Dunbar. Cogió dos revólveres de su marido, uno para incriminarla y otro para dispararse. La nota en su mano terminaría de cerrar la acusación.

Holmes termina esperando que el suceso sirva para algún bien.

Resumen de La Aventura del Hombre que Reptaba

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El 6 de septiembre de 1903, Watson recibe una nota de Holmes para que vaya a visitarle. Allí conoce a su cliente, Jack Bennett. un hombre de unos 30 años. Es un licenciado en medicina que ahora trabaja como asistente y secretario del profesor Presbury de Camford.

Comparte casa con el profesor y está comprometido con la hija del mismo, Edith. Tanto Jack como Edith están preocupados por los extraños cambios que se han producido recientemente en el profesor.

Presbury es un viudo de 61 años. Recientemente se ha comprometido con Alice Morphy, la hija de 24 años de uno de sus colegas. Poco después de comprometerse, por primera vez en su vida, el profesor se marchó durante dos semanas sin saber adonde. La única pista de su paradero es una carta que Bennet recibió de un amigo en Praga diciendo que había visto al profesor Presbury allí.

Al regresar de sus viajes la personalidad del profesor Presbury cambió. Había "algo nuevo, algo siniestro e impredecible" en él. Se volvió "furtivo y astuto" y su relación con su hija empeoró rápidamente.

Como secretario suyo, el profesor Presbury le dijo a Bennett que no debía leer ni abrir ninguna carta que tuviese una cruz bajo el sello del sobre. Bennett también observó una caja de madera que el profesor Presbury parecía haber traído de Praga y que guardaba con mucho celo.

Cierto día, el perro del profesor comenzó a volverse agresivo y a atacarle de repente hasta que hubo que encadenarlo fuera de la casa.

Una noche, un ruido despertó a Bennett. Al abrir la puerta de su habitación, encontró al profesor caminando a cuatro patas.

Edith Presbury llega al apartamento de Sherlock Holmes. Dice que su padre ahora "vive en un extraño sueño" y que no puede recordar lo que ha hecho en ciertos días. Una noche, Edith vio a su padre en la ventana de su habitación. Y eso que su dormitorio está en el segundo piso y no se puede acceder fácilmente desde el exterior de la casa.

Sherlock Holmes pide prestado el cuaderno de Bennett, que tiene detalles y fechas de los incidentes. Holmes dice que él y Watson deben ir a Camford lo antes posible. Aprovechando que el profesor es incapaz de recordar lo que ha hecho en determinados días, Holmes y Watson dirán que tienen una cita con él.

Al llegar, Holmes le dice al profesor que alguien se puso en contacto con él y le dijo que el profesor Presbury podría necesitar sus servicios. El profesor exige saber quién se puso en contacto con él, pero Holmes se niega a decirlo. Esto hace que el profesor empiece a enfurecerse y casi llega a golpear al detective.

Cuando Holmes y Watson salen, Bennett corre hacia ellos para disculparse y decir que nunca ha visto al profesor así. Les cuenta que ha descubierto que el hombre que ha estado escribiendo al profesor Presbury desde Londres se llama Dorak.

El detective aprovecha para echar un vistazo a la fachada de la casa y la ventana de Edith. Se asegura de que esta continúe en Londres para sus seguridad y dice que no cree que haya ningún incidente importante hasta el martes siguiente.

Holmes localiza a un tal Dorak en la capital. Es de Bohemia por lo que parece tener relación con el viaje del profesor. Gracias al cuaderno, cree que los ataques se repiten cada 9 días. Concluye que el profesor está tomando una droga que altera su personalidad y que empezó a tomar en Praga y ahora la trae Dorak.

El martes de la semana siguiente, Holmes y Watson regresan a Camford. Ha llegado un paquete de Dorak. Por la noche, Holmes, Watson y Bennett observan la casa del profesor Presbury. Finalmente, el profesor sale al exterior caminando a cuatro patas. Comienza a trepar por la hiedra de la pared exterior de su casa. Luego se acerca a su perro encadenado y comienza a molestarlo. El perro logra soltarse de sus ataduras y ataca a su dueño al cuello. Holmes y Watson consiguen salvarle aunque está gravemente herido.

Tras coger la llave de la cadena del reloj del profesor Presbury, Holmes abre la caja de madera del profesor. Allí encuentras pruebas de que hay un científico en Praga que ha creado un suero secreto extraído de un mono del Himalaya. Al parecer tiene un notable impacto en la salud pero también ciertos efectos secundarios.

Después de haberse comprometido con una mujer mucho más joven, el profesor Presbury quería recuperar su juventud perdida. El suero ha sido el responsable del extraño comportamiento del profesor. Holmes dice que escribirá al científico y le dirá que le hace responsable penalmente de los "venenos que hace circular".

Resumen de La Aventura del Vampiro de Sussex

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Sherlock Holmes recibe una carta de un bufete de abogados. En la carta le dicen que uno de los clientes del bufete, Bob Ferguson, les ha preguntado recientemente sobre los vampiros. Como el bufete no podía ayudarle, le aconsejaron que se pusiera en contacto con Holmes.

Consultando sus obras de referencia, Holmes sólo encuentra leyendas sobre vampiros de Europa del Este, que rápidamente descarta como tonterías. Sin embargo, cuando lee la carta que le envía Bob Ferguson, Holmes decide rápidamente aceptar el caso.

Bob Ferguson, de Lamberley, Sussex, conoció al Dr. Watson, amigo de Holmes, muchos años antes, cuando jugaban en equipos de rugby opuestos. Ferguson es viudo. Tiene un hijo de 15 años, Jack, de su primer matrimonio. El chico camina con una pronunciada cojera debido a una columna vertebral curvada. Jack adora a su padre y es devoto de la memoria de su difunta madre.

Bob Ferguson volvió a casarse. Su segunda esposa es peruana y tienen un hijo pequeño. Aunque Jack no ha ocultado que no le gusta su madrastra, es sorprendente que ésta le haya atacado violentamente en dos ocasiones, una con un palo y otra con los puños.

Además, Madame Ferguson ha sido vista dos veces chupando sangre del cuello de su propio hijo. En la primera ocasión, la enfermera del bebé, la señora Mason, la vio chupando la sangre del niño. Madame Ferguson le dio a la enfermera cinco libras para que se callara. Durante algún tiempo, la señora Mason guardó silencio sobre lo que había visto, pero vigiló constantemente al bebé y a Madame Ferguson. Finalmente, la señora Mason no pudo aguantar más y le contó a Bob Ferguson lo que había visto.

El Sr. Ferguson no la creyó, hasta que también vio a su mujer chupar sangre del cuello del bebé. Después, Madame Ferguson fue encerrada en su habitación y su criada, Dolores, fue su único contacto con el mundo exterior.

Cuando Holmes y Watson llegan a la casa tricentenaria de Ferguson, observan que sus paredes están decoradas con cuadros modernos y con herramientas y armas sudamericanas. Holmes advierte de que el spaniel de Ferguson camina cojeando y le pregunta qué le ha pasado al perro. Ferguson le dice que la mascota ya se está recuperando, pero que enfermó muy repentinamente y que su enfermedad desconcertó al veterinario.

La criada Dolores dice que Madame Ferguson está muy enferma y que debería ver a un médico. El Dr. Watson la examina y concluye que sufre de "excitación mental y nerviosa". Dice que no quiere ver a su marido, aunque afirma que le quiere tanto que se sacrifica para no romperle el corazón. En un estado de delirio habla de un "demonio".

Jack, el hijo de Bob Ferguson, es presentado a Holmes y Watson. No parece feliz de saber que el detective Sherlock Holmes está en su casa. Holmes también pide ver al bebé. Después de llevar al bebé a la habitación, Bob Ferguson dice: "Y pensar que alguien pueda tener el corazón tan duro como para hacerle daño". Al oír esto, Holmes parece mirar por la ventana. Holmes examina en silencio las cicatrices del cuello del bebé y pide hablar con la enfermera del niño, la señora Mason, en privado.

Holmes le da a Watson una nota para que se la lleve a Madame Ferguson. Después de que ella haya leído la nota, accede a ver a su marido y a Holmes. Holmes asegura a Bob Ferguson que su mujer no es un vampiro. Señala que otra razón para chupar la sangre de alguien es eliminar el veneno.

El detective dice que, entre las armas sudamericanas de la pared, se dio cuenta de que faltaban las flechas de un carcaj. Esas flechas estaban bañadas en veneno. Jack, que estaba celoso de su hermanastro, había intentado matar al bebé con las flechas envenenadas después de haber practicado primero con el perro.

Holmes revela que, cuando parecía estar mirando por la ventana, en realidad había estado mirando el reflejo de Jack en la ventana y vio "unos celos, un odio tan cruel como pocas veces he visto en un rostro humano". Madame Ferguson confirma que esto es cierto. Le dijo la verdad a la señora Mason, pero no pudo decírselo a su marido porque sabía que le rompería el corazón. Holmes recomienda que Jack sea enviado al mar durante un año.

Resumen de La Aventura de los Tres Garridebs

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Una mañana de junio de 1902, Holmes le dice a su amigo Watson que puede ganar un dinero extra si conoce a alguien con el apellido Garrideb. Hay un cliente llamado Nathan Garrideb que está buscando a otros con ese mismo apellido.

Poco después, el ama de llaves, la señora Hudson, llega con la tarjeta de visita de un abogado americano de Kansas llamado J. Garrideb. Watson está emocionado por haber encontrado a otro Garrideb.

John Garrideb parece enfadado porque Nathan Garrideb se ha puesto en contacto con Holmes. Para situar a Watson, el abogado es persuadido para que cuente toda la historia.

Alexander Hamilton Garrideb, de Kansas, hizo una fortuna de quince millones de dólares. No tenía parientes conocidos y se deleitaba con su inusual apellido. Un año antes de morir, Alexander conoció a John Garrideb. Estaba muy emocionado por conocer a otra persona con el mismo apellido y le pidió al abogado que encontrara a otras personas que lo tuvieran.

El abogado no quería hacerlo pero, tras la muerte de Alexander Hamilton, se enteró de que le habían dejado un tercio de sus propiedades. Sin embargo, sólo conseguiría la herencia si encontraba a otros dos hombres adultos llamados Garrideb. Esos hombres heredarían los otros dos tercios.

Tras buscar por todo Estados Unidos, ha llegado a Londres donde encontró a Nathan, pero aún le falta otra persona para poder conseguir cada uno su parte.

Antes de que se vaya, Holmes le dice que encontró a un alcalde ya fallecido en Kansas con ese apellido. John dice conocerlo. Cuando se va, Holmes le dice a Watson que casi todo lo que ha dicho es mentira. Aunque ya tenía dudas, le ha dicho lo del alcalde de Kansas para confirmarlo. No existe ningún alcalde con ese apellido en Kansas.

Watson y Holmes van a ver a Nathan Garrideb en la pensión donde vive. Su habitación parece un museo pero ninguna de las piezas vale mucho. Les dice que no quiere irse a Kansas pero que espera vender su parte y crear un verdadero museo.

John Garrideb llega con un periódico local de la ciudad de Birmingham, Inglaterra. El periódico lleva un anuncio titulado "Howard Garrideb constructor de maquinaria agrícola". John Garrideb dice que ha concertado una cita para que Nathan Garrideb vea a Howard Garrideb a las cuatro de la tarde del día siguiente.

Después de que John Garrideb se haya marchado, Holmes dice que le gustaría echar un buen vistazo a la colección de Nathan. Añade que no tiene tiempo de verla en este momento y pide permiso para volver a verla a las cuatro de la tarde del día siguiente.

Más tarde Holmes le pregunta a Watson si vio algo raro el periódico. El investigador le dice que es una falsificación y que lo único que quiere John es que Nathan abandone su habitación.

A la mañana siguiente, Holmes descubre en Scotland Yard que John Garrideb es en realidad James Winter, un exconvicto que cumplió 5 años en una cárcel en Inglaterra por matar a otro criminal llamado Rodger Prescott en defensa propia. También sospecha que Prescott vivía en la misma habitación de Nathan Garrideb.

A las cuatro de la tarde, Holmes y Watson se esconden en la habitación de Nathan Garrideb armados con revólveres. Una hora más tarde, Winter entra y utiliza una palanca para levantar unas tablas del suelo y, con una vela encendida, se mete debajo de ellas. Holmes y Watson se acercan al agujero que ha hecho Winter y le apuntan con sus armas. Este dispara y le roza en la pierna a Watson, pero Holmes le noquea con la culata de su revólver.

En el sótano secreto, encuentran una imprenta de billetes falsos de Rodger Prescott, cuya ubicación sólo conocía Winter. El americano vuelve a la cárcel y Nathan Garrideb se queda conmocionado al enterarse de la tomadura de pelo y al final acaba en una residencia de ancianos.

Resumen de La Aventura del Cliente Ilustre

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El 3 de septiembre de 1902, el Dr. Watson está disfrutando de un cigarrillo con su amigo en un baño turco cuando Holmes le muestra una nota del Club Carlton. La nota solicita a Holmes que reciba a Sir James Damery la tarde siguiente para consultarle sobre un asunto delicado e importante. Holmes le pide a Watson que le acompañe a la reunión.

El coronel Sir James Damery viene en nombre de un cliente de quien no quiere revelar el nombre. Aunque Holmes se niega a aceptar el caso con dicha condición, el coronel consigue convencerle de que al menos le escuche.

La señorita Violet de Merville, la bella hija de un famoso general, se ha enamorado del barón Gruner. Holmes lo conoce porque cree que ha salido airoso del asesinato de su esposa aún siendo culpable. Por lo que se ve, le ha contado a Violet todos los escándalos en los que se ha visto envuelto, pero haciéndose pasar por un mártir inocente.

El cliente del coronel es un amigo del general que sabe de la profunda preocupación del padre por su hija. Fue él quien realmente decidió consultar a Holmes. El coronel le pide que no investigue su identidad.

Holmes se interesa por el caso y acepta sus condiciones. El coronel proporciona a Holmes la dirección de Gruner y lo describe como un hombre rico con gustos caros, deportista y coleccionista de libros y cuadros. El barón también colecciona cerámica china y se considera un experto en la materia.

Esa noche, Watson y Holmes cenan juntos en un restaurante. Holmes ha contratado a Shinwell Johnson, un informante con conexiones clandestinas.

Holmes hace una visita a Gruner en su residencia. Este no se sorprende al verle y supone que el general de Merville ha contratado sus servicios. Ambos se amenazan mutuamente con la ruina si no desisten en sus esfuerzos. Antes de irse, el barón le dice a Holmes que otros antes han intentado enfrentarse a él y han fracasado.

Al volver a Baker Street, Holmes y Watson encuentran a Shinwell Johnson esperando con una joven. Johnson la presenta como la señorita Kitty Winter. Odia profundamente a Adelbert Gruner, le dice a Holmes que está dispuesta a ver a la dama y contarle cómo fue utilizada por él y cómo dejó pasar algún que otro asesinato.

Lo único que logró hacerle abrir los ojos fue un cuaderno cuya localización conoce y que es donde guarda fotografías e información de todas las mujeres a las que ha arruinado.

La noche siguiente, Holmes le cuenta a Watson que visitó a la señorita Violet de Merville con Kitty Winter. La dama había sido bien preparada por el barón Gruner y que no fue capaz de hacerle entrar en razón.

Dos días después, Watson ve en un cartel de un vendedor de periódico que Sherlock Holmes ha resultado gravemente herido por dos asaltantes. Watson acude rápidamente a Baker Street y tras hablar con el cirujano que le ha atendido, entra a la oscura habitación de Holmes y habla con su débil amigo. Este intenta tranquilizarle y le pide que no cometa una estupidez contra Gruner.

Le dice que tiene un plan, que exagere la lesión ante la prensa y que le diga a Johnson que se lleve a Kitty Winter por seguridad.

Durante seis días, los periódicos informan de que Holmes está a las puertas de la muerte. Aunque en realidad se recupera rápidamente. Esa noche, Watson lee en los periódicos que el barón Gruner zarpará hacia Estados Unidos dentro de tres días. Ante la noticia, Holmes le pide a Watson que pase las próximas 24 horas estudiando sobre cerámica china.

Watson, acostumbrado a esas excéntricas peticiones, va a la Biblioteca de Londres, se lleva a casa un gran volumen y reúne toda la información que puede. A la noche siguiente, visita a Holmes, que ya está mejor. Holmes ha conseguido, de la colección del cliente anónimo, un hermoso y delicado platito de la dinastía Ming de la mejor calidad. Luego le entrega a Watson una tarjeta con el nombre de "Dr. Hill Barton" y le pide que visite al barón Gruner haciéndose pasar por un coleccionista en posesión de una pieza única de porcelana Ming. Holmes dicta entonces una carta para avisar a Gruner de la intención del Dr. Barton de visitarle con una muestra para discutir una posible venta.

Esa noche, Watson visita al barón Gruner en su hermosa residencia donde examina la pieza Ming. El evidente valor de la pieza le hace sospechar. Tras preguntar por el origen de la pieza y poner a prueba los conocimientos sobre cerámica de Watson parece estar a punto de atacar al doctor pero se detiene al escuchar un ruido en otra habitación.

Gruner entra rápidamente seguido de Watson y ve a Holmes antes de que este escape por la ventana. El barón salta tras él pero es herido gravemente en la cara por Kitty Winter que estaba escondida en un arbusto. La srta. Winter le ha arrojado vitriolo (ácido sulfúrico) y se ha quedado desfigurado.

De vuelta a Baker Street, Watson encuentra a Holmes en su silla con aspecto pálido y agotado. Holmes escucha con horror lo sucedido con Gruner. Después, Holmes saca el diario robado del Barón.

Al exagerar su estado, hizo creer al Barón que no sería necesario tomar precauciones. La partida de Gruner le hace actuar de inmediato. Sabiendo que Watson no podrá engañar al barón durante mucho tiempo, le pide ayuda a Kitty Winter para localizar el libro. Ella accede sin contarle sus verdaderas intenciones.

Cuando llega Sir James Damery, Holmes le entrega el platillo Ming y el libro del Barón. Luego se va no sin antes agradecer el servicio. Watson ve el escudo del coche de caballos en el que se va el coronel y va corriendo para revelar a Holmes la identidad del cliente anónimo pero este ya lo sabe.

Gracias al diario incriminatorio, se rompe el compromiso entre el barón Gruner y la señorita de Merville. Kitty Winter es juzgada por el ataque pero recibe la sentencia más baja posible.

Resumen de La Aventura de los Tres Gabletes

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Una mañana, un hombre negro de gran tamaño irrumpe en el apartamento de Holmes y Watson para amenazar al detective. Este reconoce al hombre como Steve Dixie, le acusa de ser culpable de un asesinato y de pertenecer a la banda de Barney Stockdale. En ese momento, Dixie se da cuenta de que puede informar a la policía y se disculpa.

Holmes le sonsaca que le ha mandado Stockdale porque le han pedido que evite que el detective se involucre en un caso de Harrow pero que no sabe quién. Cuando se va, Holmes le cuenta a su amigo lo relativo al asunto.

Esa mañana, recibió un carta de Mary Maberley que vive en un casa llamada los Tres Gabletes de Harrow. Hace ya mucho, Holmes le prestó ayuda a su difunto marido, así que le pide consejo sobre un suceso extraño que le ha ocurrido.

Holmes y Watson parten hacia los Tres Gabletes. Allí hablan con la señora Maberley y les cuenta que su hijo Douglas Maberley, que trabajaba de diplomático en Roma, murió recientemente. Les dice que el humor del hombre cambió los últimos meses de su vida, probablemente por una amistad o relación fallida.

De cualquier modo, el motivo real de la consulta es porque hace tres días, un hombre llamado Haimes-Johnson que dijo venir de parte de un cliente, le ofreció un extraño trato. Comprar la casa con todo su contenido por un buen precio. Ella iba a aceptar porque le gustaría hacer un viaje, pero cuando le enseñó el contrato a su abogado, este le avisó de que “todo el contenido” se refería a cualquier cosa que hubiese en su interior incluida la ropa o las joyas. Ante esas extrañas condiciones tuvo que negar la petición de Haimes-Johnson, pero su preocupación le ha llevado a consultar a Holmes.

En ese momento Holmes va a la puerta para pillar a Susan, la criada de la señora, espiando detrás de la puerta. El investigador la interroga y así se entera de que fue ella quien envió la carta de la señora Maberley y que hace poco estuvo hablando con Barney Stockdale.

Se ofrece a pagarle 10 libras si le dice para quien trabaja el criminal y ella insinúa que es una mujer muy rica. Sin decir nada más, se despide de su trabajo y sale dando un portazo.

Holmes llega a la conclusión de que lo que realmente quiere el comprador, es algo muy valioso que hay en la casa. La señora Maberley dice que no tiene nada de valor. El detective cree que debe ser algo que ella no sepa que es valioso y que además acaba de adquirir porque si no, la oferta habría llegado antes.

Cuando están a punto de irse, Holmes ve unos baúles llegados de Italia. Tienen las pertenencias de su hijo, pero no deben tener gran valor porque no ganaba mucho. Holmes le aconseja a la mujer que revise su contenido y que pida a su abogado que se quede con ella esa noche para protegerla.

Al salir, Holmes y Watson ven a Dixie que está dispuesto a ayudar al investigador, pero sigue sin conocer a la mujer misteriosa. Watson va a casa y Holmes a preguntar a un conocido periodista de prensa rosa.

Al día siguiente, se enteran de que han robado en la casa y van para allá. La señora Maberley ignoró el consejo de que se quedase su abogado. La policía cree que ha sido Stockdale y su banda.

La señora Maberley dice que los ladrones conocían bien la casa, lo que significa que probablemente fueron ayudados por Susan. Vio a dos hombres en su dormitorio antes de que la dejaran inconsciente con cloroformo. Cuando volvió en sí, uno de los hombres sacaba algo de los baúles de su hijo. Intentó impedírselo pero el otro la dejó inconsciente de nuevo.

Sin embargo, consiguió quitarle al primer hombre un papel que tiene la letra de su hijo. El inspector de policía cree que es la última página de una novela. En ella se describe a un hombre herido en la cara y una mujer a la que ya no ama.

Holmes le dice a Watson que van a ver a Isadora Klein. Una mujer de cierta fama y antigua belleza que fue amante de Douglas Maberley. Klein se enteró de que Maberley estaba escribiendo una novela de sus experiencias y ahora que va a casarse con el duque de Lomond, quiere evitar el escándalo. No son bien recibidos, pero cuando Holmes amenaza con denunciar a la policía, consiguen reunirse con Isadora y que les revele toda la verdad.

Les cuenta que su relación con Douglas tuvo que terminar porque él le pidió matrimonio. Ella le rechazó por su baja posición y fortuna. Él siguió acosándola, así que Klein contrató a Stockdale para darle una paliza.

Douglas decidió escribir una novela donde hablaba de su relación y le envió una copia. Como no fue publicada antes de morir, dedujo que estaba entre las posesiones que le llegaron a la señora Maberley.

Al principio Klein intentó hacerse con el manuscrito sin recurrir a la delincuencia, pero no lo consiguió. La novela ya ha sido quemada y los únicos que conocen su identidad son Stockdale y Susan (que resulta ser su esposa). Aunque serán condenados, guardarán silencio.

Holmes no ve la necesidad de denunciarla, en su lugar le pide cinco mil libras, suficientes para que la señora Maberley pueda viajar por el mundo en primera clase como deseaba. Le advierte a Klein de que debe cambiar de costumbres si no quiere enfrentarse con la ley.

Resumen de La Aventura del Soldado de la Piel Decolorada

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La acción se desarrolla en enero de 1903. Holmes vive ahora solo, el Dr. Watson se ha casado recientemente y se ha mudado.

Holmes recibe la visita de un hombre llamado James M. Dodd. El detective deduce inmediatamente que Dodd ha regresado recientemente de Sudáfrica donde luchó en la Guerra de los Bóers. Dodd explica que está preocupado por lo que le ha ocurrido a su buen amigo Godfrey Emsworth. Ambos sirvieron juntos en Sudáfrica. Emsworth fue herido en acción.

Escribió dos cartas a Dodd, una desde un hospital de Sudáfrica y otra desde uno de Inglaterra, pero luego no volvió a escribirle más. Preocupado, Dodd escribió dos cartas al padre de Godfrey, el coronel Emsworth. Recibió una breve respuesta a la segunda carta en la que se le decía que Godfrey se había ido de viaje alrededor del mundo y que no volvería en un año.

Como la respuesta no le pareció satisfactoria y decidió visitar Tuxbury Old Park, la residencia de su amigo, para averiguar algo más. Allí recibió un cálida bienvenida de la madre de Godfrey y de la servidumbre, pero no del coronel quien, durante la cena, le dijo que no preguntara por su hijo.

Al sentirse incómodo, se excusó para retirarse a la habitación que le habían preparado. Esa misma noche pudo ver fugazmente a su amigo pasar por la ventana de su habitación con un rostro extremadamente pálido. Dodd abrió la ventana y salió al jardín para buscarlo.

El camino del jardín se bifurcaba en distintas direcciones que llevaban a varias cabañas. Dodd oyó cómo se cerraba una puerta. Estaba seguro de que Godfrey había entrado en una de ellas, pero no sabía en cuál.

Al día siguiente, Dodd preguntó si podía quedarse otra noche. Ese día, exploró los terrenos de la finca. Además de las cabañas, había un edificio más grande. De allí vio salir a un hombre pequeño y con barba. No parecía un empleado de la familia y parecía sorprendido de verle.

James Dodd le explicó que era amigo de Godfrey y que lamentaba no haberle visto. El hombre trató de tranquilizar a Dodd diciéndole que volvería a verlo. Luego se marchó, pero advirtió que le observaba desde detrás de un arbusto.

Por la noche, Dodd volvió a la casa pequeña. En el interior estaba el pequeño barbudo y alguien de espaldas que le recordó a Godfrey. Justo en ese momento, es descubierto por el coronel que lo lleva de vuelta a la mansión y le dice que debe irse a la mañana siguiente y no volver nunca más. Dodd se convenció de que la familia de Godfrey lo mantenía recluido contra su voluntad.

Una semana después, Holmes y Dodd son acompañados por un hombre mayor en el viaje a la casa de los Godfrey. Holmes explica que la presencia del hombre puede o no ser necesaria, pero se niega a decir más. Tras ser preguntado, Dodd dice que la cara de Godfrey era más pálida en su frente.

Holmes y Dodd se acercan a la casa mientras el anciano espera fuera en un carruaje. Es recibido por Ralph que lleva unos guantes de cuero marrón que se quita enseguida para ponerlos en una mesa. Hay un extraño olor y el detective se las ingenia para poder acercarse a los guantes y confirmar que proviene de ellos.

El coronel Emsworth se enfada mucho al ver de nuevo a Dodd y amenaza con llamar a la policía. Holmes escribe una palabra en un papel y se la muestra al coronel explicándole que esa es la razón por la que ha venido. El coronel permite entonces que vean a Godfrey.

Ambos son llevados al interior del pequeño edificio. Holmes ve que hay manchas blancas en la piel bronceada de Godfrey. Godfrey le dice a Dodd que no lo toque y le explica cómo ha llegado a su situación actual.

Godfrey y otros dos soldados se separaron del resto de su compañía. Fueron atacados, Godfrey fue herido y sus compañeros murieron. Cuando recobró el conocimiento era ya de noche, se subió a su caballo como pudo y llegó a una casa grande llena de camas.

Se durmió en una de ellas y por la mañana, se percató de que había otra personas en la habitación. Sólo hablaban en holandés y cada una de ellas tenía algún tipo de deformación. Finalmente, llegó un médico y le dijo que estaba en un hospital de leprosos. El doctor le cuidó en una habitación aparte hasta que pudo ser llevado a un hospital normal y luego a Inglaterra.

Tras el regreso a su casa, Godfrey comenzó a mostrar síntomas de lepra. Para evitar tener que ingresar en un hospital especial, se contrató al Sr. Kent, el médico pequeño y barbudo, y se le aisló en el edificio alejado. Para evitar problemas con la población local, se inventaron la historia de su viaje.

Cuando Ralph le dijo que su amigo Todd había venido a visitarle, quiso verle. Como no quería ser visto en ese estado, huyó en cuanto fue descubierto.

Godfrey le pregunta a su padre por qué ha cambiado de opinión. El coronel dice que fue porque Holmes escribió “lepra” en un papel. Holmes sabe que la lepra es rara en Inglaterra pero no en Sudáfrica. El olor a desinfectante en los guantes del mayordomo acabó por confirmarlo.

Holmes pregunta al Sr. Kent si tiene algún conocimiento especializado sobre la lepra. Kent dice que no y Holmes dice que en el carruaje espera el distinguido dermatólogo Sir James Saunders. Afortunadamente, el dermatólogo acaba diagnosticando ictiosis en vez de lepra, una enfermedad que no es contagiosa y que se puede curar.

Resumen de La Aventura de la Melena del León

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Sherlock Holmes está ahora retirado y vive en una pequeña y solitaria villa en la costa de Sussex. Cerca hay una escuela llamada The Gables, y Holmes se ha hecho buen amigo de su director, Harold Stackhurst.

Una hermosa mañana, Holmes está dando un paseo por el sendero del acantilado hacia la playa cuando Stackhurst se une a él. Stackhurst va a bañarse y espera encontrar allí a Fitzroy McPherson, el director de ciencias. En ese momento, ven McPherson tambalearse y caer. Corren en su ayuda y le dan la vuelta. McPherson pronuncia algunas palabras ininteligibles y con su último aliento dice algo como "la melena del león".

McPherson está vestido sólo con su abrigo, pantalones y un par de zapatos de lona sin cordones. El abrigo se deslizó al caer, dejando al descubierto su torso. Su espalda está cubierta de líneas rojas oscuras, como si hubiera sido azotado. Debió de ser terriblemente doloroso, ya que su cara está contorsionada y tiene el labio inferior mordido.

Mientras Holmes examina el cuerpo, se acerca Ian Murdoch, el tutor de matemáticas. Murdoch es conocido por ser un hombre distante y con un temperamento feroz. Holmes ha oído que él y McPherson no se llevaban bien. Sin embargo, Murdoch parece estar totalmente sorprendido por lo que ve.

En respuesta a la pregunta de Holmes, afirma que acaba de llegar del colegio. Holmes envía a Murdoch a la comisaría de policía y luego, dejando a Stackhurst para que custodie el cuerpo, baja por el sendero para examinar la zona.

No encuentra a nadie en la playa ni hay más huellas que las hechas por McPherson al ir y venir. Hay una laguna al final del sendero, y la toalla sin usar de McPherson, doblada y seca, se encuentra en la roca al lado. Hay tanto huellas de zapatos como de pies descalzos. Holmes concluye que McPherson estaba listo para bañarse pero que fue atacado antes de hacerlo.

Cuando Holmes regresa al cuerpo, Murdoch ha vuelto con el alguacil del pueblo. Holmes manda al policía para que traiga a su superior y a un médico. En los bolsillos de McPherson encuentran una nota escrita con letra femenina: “Estaré allí, puedes estar seguro” firmada “Maudie”. Al no encontrar nada más de interés, Holmes regresa a su casa.

Stackhurst llega más tarde con algunas noticias. El cuerpo ha sido trasladado a The Gables. El director ha encontrado en el escritorio de McPherson varias correspondencias íntimas con una tal Maud Bellamy. En una época, Murdoch y McPherson estaban enfrentados por el maltrato de Murdoch al perro de McPherson, pero se habían reconciliado y eran buenos amigos desde hace un año.

Maud Bellamy es la hija de Tom Bellamy, propietario de todos los barcos del cercano pueblo de Fulworth. Según Stackhurst, Maud tiene muchos admiradores. Holmes sugiere que vayan a pie hasta Fulworth para investigar.

Al acercarse a la residencia de los Bellamys, ven a Ian Murdoch salir de la puerta del jardín. Stackhurst y Murdoch se pelean y el director despide al profesor de matemáticas y este le dice que ya pensaba irse porque ha perdido a su único amigo allí.

El Sr. Bellamy no se alegra de verlos. Él y su hijo desaprobaban las atenciones de McPherson hacia Maud. Mientras hablan, aparece Maud Bellamy que se ha enterado de lo de Murdoch y se ofrece a ayudar en la investigación.

Holmes le pregunta por la nota que llevaba McPherson. Ella le revela que se iban a casar en secreto porque ambas familias estaban en contra. Escribió la nota para encontrarse esa misma tarde. Dice también que aunque ha tenido varios admiradores, incluido Murdoch, no sabe que McPherson tuviera ningún enemigo.

Pasa una semana sin novedades hasta que el ama de llaves de Holmes le cuenta que han encontrado al perro de McPherson muerto en el mismo lugar donde murió su amo. Holmes va al colegio para hablar con los estudiantes que lo encontraron al borde de la laguna. El cuerpo del perro sugiere que sufrió una agonía como su dueño.

Holmes vuelve a la laguna y se queda pensando. Sabe que hay algo que está pasando por alto. Justo cuando abandona la escena lo recuerda. Vuelve a casa y empieza a leer sus libros hasta encontrar lo que buscaba.

El inspector Bardle llega a su casa a primera hora de la mañana. Quiere saber si debe detener a Murdoch, pero Holmes empieza a dar detalles de por qué ve poco probable que sea sospechoso.

De repente, la puerta se abre y Murdoch entra tambaleándose seguido por Stackhurst. Murdoch se deja caer en el sofá llorando de dolor. Su hombro está marcado con el mismo patrón extraño de líneas rojas inflamadas que vieron en la espalda de McPherson. Le atienden hasta que cae finalmente en un sueño agotador.

Holmes conduce a Stackhurst y al inspector a la laguna. Caminan por el borde del agua hasta que Holmes encuentra lo que estaba buscando. Señala algo en el agua y grita “¡Cyanea! Contempla la Melena de León”. Con la ayuda de Stackhurst, Holmes empuja una gran roca al agua, aplastando a una medusa.

De vuelta en la casa de Holmes, Murdock ya está mejor. Holmes saca su libro y lee un encuentro casi mortal de un hombre con una medusa melena de león. Es evidente que McPherson murió a causa de sus picaduras.

Murdoch, ahora libre de sospecha, ofrece algunas explicaciones. Estuvo enamorado de Bellamy, pero una vez que ella eligió a su amigo, él se hizo a un lado. Cuando McPherson fue asesinado, fue a ver a Maud para darle la noticia con delicadeza.

Después de que Stackhurst y Murdoch se marchen cogidos del brazo, el inspector Bardle expresa su admiración por Holmes. Holmes, sin embargo, lamenta su lentitud. Se había dejado engañar por la toalla seca de McPherson. Pensó que McPherson no había estado en el agua y no se le ocurrió pensar en una criatura acuática.

Resumen de El Fabricante de Pinturas Retirado

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Una mañana de verano de 1899, Watson regresa a Baker Street. Al llegar, Holmes le cuenta la historia de un anciano con el que el doctor acaba de cruzarse al entrar.

El hombre se llama Josiah Amberley. Era socio de una fabrica cajas de pintura y otros materiales para artistas. A principios del año siguiente a su jubilación, Josiah Amberley se casó con una mujer mucho más joven que él y ambos se instalaron en Lewisham.

Josiah Amberley se hizo amigo de un joven médico llamado Ray Ernest con el que solía jugar al ajedrez. Hace una semana, la señora Amberley y el doctor Ernest desaparecieron, junto con una gran cantidad de dinero del señor Amberley. Holmes está ocupado con otro caso, por ello envía a Watson a Lewisham para que inicie la investigación.

Esa tarde, a Watson le cuesta encontrar la casa de Amberley. Pide indicaciones a un hombre que mira a Watson con desconfianza.

Amberley se siente decepcionado de que Holmes no haya venido a verle en persona y teme que sea por su falta de dinero. Le dice a Watson que se siente traicionado por el Dr. Ernest, al que trataba como a un hijo, y por su mujer, a la que nada le faltaba.

La misma noche de la desaparición de su mujer, tenía dos entradas para el teatro. En el último momento, su mujer se excusó y él fue solo. Le muestra a Watson la entrada sin utilizar de su esposa.

Amberley dice que, cuando regresó, su esposa no estaba allí y que faltaban siete mil libras de su cámara acorazada. Después le muestra a Watson la cámara. Se trata de una habitación a prueba de robos bien protegida pero parece que la señora Amberley tenía un duplicado de la llave.

El doctor advierte el mal aspecto de la casa. Amberley es consciente de ello y ha empezado a pintarla empezando por la cámara acorazada.

En el tren de vuelta a Baker Street, Watson ve al mismo hombre al que le pidió indicaciones. Aunque Watson no lo menciona, Holmes sabe que dicho hombre llevaba gafas de sol de color gris y un alfiler de corbata masónico.

También le dice que Amberley tiene fama de ser avaro y un "marido duro y exigente". Es probable que la señora Amberley y el doctor Ernest tuvieran una aventura, aunque no puede estar seguro de ello.

A la tarde siguiente, llega Josiah Amberley. Ha recibido un telegrama de alguien que dice tener información importante. El mensaje está firmado por Elman, un vicario de Little Purlington.

Aunque le parece una pérdida de tiempo, Holmes convence a Amberley de ir con Watson a Little Purlington para ver al vicario. Holmes se lleva a su amigo aparte y le dice que si el anciano se escapa, que el avise por telegrama.

Watson y Amberley llegan a Little Purlington donde van a ver a J.C. Elman. El vicario les explica que no ha enviado ningún telegrama y que alguien les ha gastado una broma. Watson llama por teléfono a Holmes y este le dice que no hay trenes de vuelta a Londres, así que tendrán que pasar la noche en el pueblo.

A la mañana siguiente veulven a Baker Street para encontrarse con Holmes pero les ha dejado una nota diciendo que se ha ido a la casa de Amberley. Cuando llegan allí, encuentran a Holmes con el hombre del alfiler de corbata masónico visto por Watson. Holmes le presenta como otro detective privado llamado Baker y ambos tienen la misma pregunta para el anciano: “¿Qué hizo con los cadáveres?”.

Amberley intenta tomarse una pastilla para suicidarse pero Holmes lo impide y lo llevan a comisaría. Watson se vuelve sólo a Baker Street.

Cuando Holmes regresa con el inspector MacKimmon, comenta que la señora Amberley no soportaba las costumbres de su marido y que acabó enamorándose de su amigo, el doctor Ernest. El anciano era muy celoso y sospechaba que ambos tenían una aventura, así que preparó un plan.

Compró unas entradas de teatro para tener coartada pero Holmes sabe que los asientos estuvieron vacíos. Amberley atrajo a su esposa y al Dr. Ernest a la cámara acorazada y los encerró. Luego llenó la habitación de gas y los mató. Holmes dice que el Dr. Ernst empezó a escribir “Fuimos asesinados”. El anciano había empezado a pintar la habitación para enmascarar el olor a gas.

Holmes sospechaba del anciano, pero tenía que entrar en la casa para encontrar pruebas. Así fue cómo se inventó lo del vicario. Antes de eso, Baker descubrió a Holmes saliendo por la ventana de la casa y decidieron trabajar juntos.

El dinero probablemente fue escondido por el anciano en algún lugar para luego decir que se lo había encontrado o se lo habían devuelto fortuitamente. MacKimmon le pregunta a Holmes por qué Amberley le contrató, Holmes dice que lo hizo para desviar cualquier sospecha que pudieran tener sus vecinos. Si alguien sospechaba de la desaparición de su esposa y del doctor Ernest, Amberley podría decir: “No sólo he consultado a la policía, sino también a Sherlock Holmes”.

Resumen de La Aventura de la Inquilina del Velo

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Una mañana de 1894, Watson va a ver a su amigo. Encuentra a Holmes con una anciana, a la que el detective presenta como la señora Merrilow. Durante siete años, la señora Merrilow ha alquilado una habitación de su casa a una mujer llamada señora Ronder. La Sra. Ronder rara vez sale y tiene el rostro cubierto por un velo en todo momento.

Sólo vio brevemente la cara de la Sra. Ronder una vez y la encontró horriblemente mutilada. A pesar de sus peculiaridades, la señora Merrilow considera que la señora Ronder es una buena inquilina porque siempre paga el alquiler a tiempo y le ha causado pocos problemas.

Recientemente, la señora Merrilow se ha preocupado por su inquilina. Se la ha oído gritar: "¡Asesino!". Y también: "¡Bestia cruel! ¡Monstruo!" en medio de la noche. La señora Merrilow le recomendó que hablase con la policía o con un sacerdote.

A la Sra. Ronder no le gustaron ninguna de esas sugerencias, aunque dijo: "Me tranquilizaría que alguien supiera la verdad antes de que yo muriera". Cuando la señora Merrilow sugirió hablar con Sherlock Holmes, la señora Ronder aceptó. Le explicó a la Sra. Merrilow que le dijera al famoso detective consultor que trabajó en un espectáculo circense y que le dijera las palabras "Abbas Parva".

Después de que la Sra. Merrilow se marchase, Holmes busca en sus archivos la "tragedia de Abbas Parva" ocurrida hace siete años.

El Sr. Ronder era el propietario de un circo que en su día fue muy popular. Sin embargo, en la época de la tragedia, no pasaban por su mejor momento. Ronder era conocido por su mal humor y su violencia, especialmente cuando estaba borracho. Ronder y su mujer actuaban con un león norteafricano llamado Sahara King. Para que el león viera al Sr. y a la Sra. Ronder como sus amigos, no se permitía que otras personas lo alimentaran. A veces el león era alimentado por él, otras por ella o por ambos, pero siempre se le daba de comer por la noche.

Una noche, los miembros del circo de Ronder acamparon para pasar la noche cerca del pueblo de Abbas Parva. Todos los miembros del campamento se despertaron alrededor de la medianoche con el sonido de los gritos de una mujer. Encontraron a Sahara King fuera de su jaula y mordiendo la cara de la señora Ronder.

Cerca, el Sr. Ronder yacía muerto con el cráneo aplastado y marcas de garras en la cabeza. Algunos hombres, entre los que se encontraban Leonardo el forzudo y Griggs el payaso, consiguieron apartar al león de la Sra. Ronder y devolverlo a su jaula. Mientras la Sra. Ronder era llevada de vuelta a su caravana, se le oyó gritar: "¡Cobarde! Cobarde!"

Debido a las horribles heridas que sufrió la Sra. Ronder, no se pudo efectuar una investigación sobre la muerte de su marido hasta pasados seis meses, momento en el que ella se encontraba lo suficientemente bien como para testificar.

La muerte del Sr. Ronder fue declarada accidental, aunque hay algunos aspectos de la misma que siguen sin explicarse. Es extraño que el león decidiera repentinamente atacarles. También parece rro que no huyera después de matar al Sr. Ronder. Algunos testigos también dijeron que oyeron a un hombre gritando al mismo tiempo que la señora Ronder gritaba. Aquel hombre no podía ser el Sr. Ronder, ya que estaba muerto en esos momentos.

Holmes y Watson van a la casa de la señora Merrilow para hablar con la señora Ronder. La mujer les confiesa que no dijo la verdad sobre la muerte de su marido. Mintió para proteger a Leonardo. Al enterarse de que Leonardo se ahogó recientemente en un accidente de natación y que ella también morirá pronto, la señora Ronder se siente preparada para contarle a Holmes la verdad.

La señora Ronder nació en una familia circense. Se casó con Ronder cuando era joven pero llegó a arrepentirse. Él era terrible con ella y trataba con crueldad a todas las personas y animales que le rodeaban. En consecuencia, los mejores artistas comenzaron a abandonar el circo de Ronder hasta que quedaron unos pocos.

Leonardo y la Sra. Ronder empezaron a tener un romance. Juntos planearon asesinar al Sr. Ronder y hacer que pareciera que el león Sahara King lo había matado. Leonardo hizo un garrote de hierro que en la parte superior tenía cinco largos clavos de acero que habían sido doblados. El garrote estaba diseñado para que los golpes infligidos por él parecieran hechos por las garras de un león.

Cuando el Sr. y la Sra. Ronder fueron a alimentar al león, Leonardo golpeó al Sr. Ronder por detrás. La Sra. Ronder abrió entonces la jaula. Sin embargo, el olor a sangre humana provocó un cambio repentino en el comportamiento del animal y éste atacó a la Sra. Ronder. Leonardo gritó aterrorizado antes de salir corriendo.

Podría haber salvado rápidamente a la señora Ronder matando al león con su garrote. Sin embargo, no lo hizo porque habría revelado que era culpable del asesinato del Sr. Ronder. Por esa razón, la señora Ronder gritaría más tarde que Leonardo era un cobarde. Tras el accidente no recuerda nada de aquellos seis meses de recuperación.

Holmes se da cuenta de que cuando la Sra. Ronder dijo que pronto moriría, quería decir que planeaba suicidarse. Holmes intenta persuadir a la Sra. Ronder para que no se suicide. En respuesta, ella se levanta el velo, le muestra su rostro mutilado y le dice: "Me pregunto si usted lo soportaría". Sin embargo, poco después, Holmes recibe un paquete que contiene un frasco de veneno y una nota que dice: "Le envío mi tentación. Seguiré su consejo". La nota no está firmada, pero Holmes está seguro de que la señora Ronder ha decidido no quitarse la vida.

Resumen de La Aventura de Shoscombe Old Place

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Holmes recibe una carta de un hombre llamado John Mason que es el caballerizo principal de los establos de Shoscombe en Berkshire. La carta es vaga, pero el problema parece relacionado con su jefe, Sir Robert Norberton. Watson, conoce a Sir Robert por su reputación y puede proporcionar a Holmes algunos datos útiles.

Sir Robert es soltero y vive con su hermana viuda, Lady Beatrice Falder, en Shoscombe Old Place. La finca pertenecía al último marido de Lady Beatrice. Ella sólo tiene un interés vitalicio, por lo que la finca revertirá al hermano de su marido tras su muerte. Shoscombe es famosa por sus establos y también por su exclusiva raza de spaniels. Sir Robert tiene fama de ser un hombre peligroso y de mal carácter, ya que una vez azotó y casi mató a un prestamista.

Cuando Watson termina su informe, suena el timbre y entra John Mason. Mason comienza su relato declarando que Sir Robert parece haberse vuelto loco. Está muy endeudado y ha apostado todo lo que podía conseguir a su caballo Príncipe de Shoscombe en el próximo Derby. Es su última oportunidad y se arruinará si el caballo fracasa.

Los hermanos parecen tener alguna disputa. Ya no se les ve juntos. Lady Beatrice ya no va a ver los caballos como solía hacer y Sir Robert le ha quitado el spaniel preferido y se lo ha regalado a un posadero. Lady Beatrice actúa de forma extraña y parece haberse dado a la bebida. Además, Sir Robert, va por las noches a una vieja cripta.

Mason también informa a Holmes de un nuevo acontecimiento. Sir Robert se marchó ayer a Londres y Mason aprovechó para bajar a la cripta con el mayordomo. Encontraron restos humanos momificados escondidos detrás de una tabla en una esquina.

A continuación, Holmes pregunta cuándo regaló Sir Robert el perro. Mason responde que fue hace una semana. Estaba aullando fuera de la vieja casa del pozo y Sir Robert le dijo al jinete que se lo llevara y lo entregara al posadero del Dragón Verde.

Holmes se sienta durante un largo rato fumando su pipa y finalmente le pregunta a Mason qué quiere que haga. En respuesta, Mason saca algo que parece un hueso y que Watson identifica como humano. Alguien parece haber querido quemar un cuerpo en el horno central del sótano.

Holmes decide que él y Watson irán inmediatamente a Shoscombe. Esa noche, llegan al Dragón Verde llevando cañas de pescar, carretes y cestas.

Al día siguiente, Holmes y Watson piden prestado el spaniel de Shoscombe al posadero y salen a dar un paseo. Llegan a las puertas de Shoscombe por las que, según el posadero, pasa el carruaje de Lady Beatrice todos los días a mediodía.

Holmes le pide a Watson que detenga el carruaje cuando se acerque y luego se esconde detrás de un arbusto con el perro. Watson detiene el carruaje para preguntar si está en casa Sir Robert. Holmes suelta el spaniel que sale corriendo para subir al coche. De repente, cuando llega a su antigua dueña, comienza a morderle la falda, una voz de hombre grita y el carruaje sale corriendo. Holmes parece satisfecho de haber demostrado que quien iba en el coche era un impostor.

Holmes y Watson pasan el resto del día pescando y, después de la cena, bajan de nuevo a las puertas. Mason se reúne con ellos allí y los conduce a la antigua capilla y a la cripta. Holmes enciende su linterna y le pide a Mason que le muestre los huesos. Mason les lleva hasta el lugar, pero los huesos ya no están allí.

Mason se va para preparar la llega de Sir Robert que estaba de viaje. Mientras, Holmes aprovecha para revisar los ataúdes de la cripta hasta que con ayuda de una palanqueta comienza a abrir uno en particular que ha llamado su atención.

En ese momento son descubiertos por Sir Robert que les amenaza y les pregunta quiénes son y qué hacen allí. Holmes termina de abrir la tapa del féretro para descubrir un cuerpo envuelto y dice que está allí para hacer cumplir la ley. Sir Robert se desmorona y les invita a la casa para contarles todo.

En la casa, Sir Robert deja a Holmes y a Watson por un momento y regresa con dos personas. El matrimonio Norlette que le ha ayudado a realizar esta pantomima. Sir Robert asume toda la responsabilidad del asunto y dice que ha traído a la pareja para que corrobore su historia.

Como ya saben, el caballero está totalmente endeudado. Depende de su hermana y su herencia temporal para que sus acreedores no crean que está en la ruina y reclamen todo lo que tiene incluidos los establos y el caballo.

Lady Beatrice murió hace poco. Su hermano decidió ocultar el hecho hasta después de la carrera. Norlette, que es actor, decidió hacerse pasar por su hermana. También le ayudó a llevar su cuerpo a la vieja cripta y a deshacerse de los antiguos restos del ataúd quemándolos en el horno.

Watson concluye su relato con una nota en la que se indica que el caso terminó felizmente para Sir Robert. Príncipe de Shoscombe ganó el Derby y Sir Robert ganó suficiente dinero para pagar todas sus deudas y le quedó lo suficiente para recuperarse. En cuanto al retraso en el registro de la muerte de Lady Beatrice, las autoridades fueron indulgentes con el asunto y no presentaron cargos.

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El Archivo de Sherlock Holmes


Tipo: historias cortas

Año: 1921–1927

Número de páginas: 213

Género: misterio, policíaca y criminal

Autor: Arthur Conan Doyle

Novena de las novelas de Sherlock Holmes.
- Versión anotada y corregida -

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Fuente:
Literature.Fandom.com
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